22 de diciembre de 2009
Primer post rodo
Y con eso me harán muy feliz, aunque ya encarrerado el ratón, pensaré en más cosas.
Saludos.
Rodo.
21 de diciembre de 2009
Fácil
6 de diciembre de 2009
Ojos y Oídos
- Libros
- Música
En el siguiente reporte habrá detalles acerca de cada uno de estos rubicundos regalazos. No se vayan.
-Cortinilla de Batman-
O.
5 de diciembre de 2009
Nunca pero nunca me den:
-Cosas,ropa, etc Moradas!
-Perfumes.
Las cosas sencillas y particulares me encantan.
3 de diciembre de 2009
No solo me gustan los Stitches!
Considérome una persona bastante fácil de agradar, y es que el solo hecho de recibir un regalo, un detalle, un dulce, de verdá que se siente bonito. Hay miles de cosas con las que me sorprenderían, sin embargo el objetivo de la misma es un wishing wishing gusto. Y pues nada, que las bufandas me gustan montón y más si tienen un poco de chispa, o por el contrario en colores únicos pa'combinarlas cuando me pongo un traje y así. Las corbatas me pueden gustar mucho muchísimo, ese Oscar de la Renta tiene unas que siempre terminan gustándome porque siempre siempre me veré bien en ellas.
Y no solo eso, también me gustan montón las messenger bags (aka mariconeras), porque para aquéllos que no tenemos auto resultan de gran ayuda, pues le metes quesque el iPod, que los audífonos, que el celular, que el librito vaquero, que el Stitch traveller, que los camellitos, que la cámara, que los condones, que los chicléts, que la pluma, sin tener que preocuparte por extraviarlos, sí, me en-can-tan, y nunca estará de más tener una nueva. De repente en Pull & Bear, Zara, Adidas, American Eagle y hasta las del tianguis me pueden llegar a gustar harto. Por cierto siempre siempre he querido un encendedor zippo pero no sé porque chingaos no me lo he comprado, quizás porque me he visto codo porque bara baras no son.
Bueno pues, he aquí algunas de las cosas que me gustan, qué bonito es wishing wishing by the way!
2 de diciembre de 2009
These boots are made for walking
Me encantan los zapatos. Me encanta probármelos, comprarlos, jugar a combinarlos con medias de diseños divertidos. Me encanta saber que con ellos recorreré ciudades, oficinas, subiré y bajaré escaleras, viajaré y los usaré hasta que no den para más.
Pero nadie me ha regalado unos zapatos que me encanten. Nadie. Es, quizá, como pensar en la zapatilla de cristal que recibió la Cenicienta...